miércoles, enero 17, 2007

La Izquierda

Publicado Originalmente en Reforma

Jaime Sánchez Susarrey

Retobona y murmuradora. Así calificó Octavio Paz a la izquierda mexicana en 1976. Eran otros tiempos. El "socialismo real" estaba de pie y la veneración por Cuba y Fidel Castro era total. Cualquier crítica contra el Comandante, la URSS o China era descalificada como una patraña imperialista. Con igual vehemencia se condenaba a la democracia burguesa: igualdad formal, no real, al servicio de la clase dominante. Octavio Paz era el blanco de todas las agresiones e insultos. La quema de su imagen frente a la embajada de Estados Unidos en 1984 resume bien aquellos años de intolerancia y fanatismo.

Treinta años después las cosas han cambiado. Pero han cambiado, como en la formula de Lampedusa, para que todo siga igual. El socialismo real se colapsó con la caída del Muro de Berlín. Fidel Castro está al borde de la muerte y nadie, o casi nadie, define a Cuba como el paraíso de la igualdad y la hermandad. Y sin embargo, ahí están Chávez, Evo Morales y Daniel Ortega en Nicaragua. En ese mismo lapso la izquierda mexicana apostó por la democracia y se organizó como el Partido de la Revolución Democrática. Y sin embargo, la convicción y las prácticas democráticas siguen brillando por su ausencia.

El PRD nació de dos tradiciones autoritarias: la socialista (marxista, en sus distintas variables: leninista, trotskista, maoísta, etcétera) y la nacionalista revolucionaria del PRI. Ambas tenían fe ciega en la intervención del Estado, condenaban o desconfiaban de la economía de mercado y no creían que el sufragio universal y el respeto del Estado de derecho fueran la respuesta para los problemas de México. El temple revolucionario y la fe en el pueblo organizado eran su santo y seña. No sólo eso. La fusión y la organización se dio en torno de un solo hombre: Cuauhtémoc Cárdenas. Sin su liderazgo esa historia jamás se hubiera escrito. La izquierda seguiría hoy dividida y fragmentada en muchas corrientes.

Infancia, decía Freud, es destino. Y lo que es cierto para los individuos, también puede aplicarse a los partidos -o cuando menos al PRD-. El perredismo nació en 1989 a la sombra de un hombre fuerte. Su liderazgo moral le dio cohesión y dirección. Diez y siete años después, las cosas lejos de haber cambiado han empeorado. Cárdenas ya no es la figura central. Su lugar, ahora, lo ocupa el Peje. Nada se mueve al margen de este Mesías de Macuspana. Peor aún, nadie se atreve a formularle la más mínima crítica. Los perredistas de todos olores y colores están postrados y aterrados frente al nuevo timonel. Con un agravante adicional: AMLO no tiene la mesura, la prudencia ni la estatura de Cuauhtémoc Cárdenas.

No hay, entonces, por qué sorprenderse. El PRD juega un doble juego. Se mantiene en la legalidad, pero descalifica a las instituciones. Emprende marchas y movilizaciones al margen de la ley, pero las financia con los recursos que le proporciona el Estado. Opera en sentido estricto con una "lógica revolucionaria". El fin justifica los medios. Todo se agudizó después del 2 de julio. La denuncia del fraude, la violación de la ley y la amenaza de impedir la toma de posesión del Presidente electo fueron la regla. Detrás hay un mar de fondo: las caídas y las recaídas de los perredistas no son casuales. Su temple y su convicción siguen siendo "revolucionarios". Por eso cayeron de hinojos ante el EZLN en 1994 y por eso, también, jugaron a la insurrección banquetera en el Paseo de la Reforma.

En suma, los perredistas no son confiables. Su compromiso con la legalidad y la democracia es muy frágil. No apuestan a las instituciones. Carecen de palabra y de memoria. Actúan irresponsablemente y se mueven según sopla el viento. A final de cuentas, la palabra del caudillo es la única que cuenta. Todo el pasado se puede borrar de un plumazo. Basta decretar que hubo fraude o que se violó la ley. No importan las pruebas. Sólo valen las consignas. Se borra lo elemental. No hay nave ni piso común. Ahí están los hechos: La reforma de 1996 fue modelada por el PRD. Ernesto Zedillo cedió ante todas y cada una de sus peticiones. Su intención era integrarlos en forma definitiva al pacto democrático. Poco duró el gusto. Bastó y sobró con una derrota y un personaje de pacotilla (ahora, presidente "legítimo" de cacahuate) para que todo se viniera abajo.

El drama de la izquierda mexicana es muy simple: no es moderna ni se ve cómo podría modernizarse. En términos económicos carece de proyecto. Peor aún. El programa de su ex candidato a la Presidencia de la República no tenía consistencia ni viabilidad. Era un regreso a las políticas populistas de los años setenta: precios de garantía y desayunos escolares, amén de otras extravagancias como el Tren Bala del DF a Tijuana o la conversión de las Islas Marías en un parque ecológico. Lo más grave, sin embargo, está en los procedimientos internos. Que López sea un hombre limitado, inculto y rupestre es comprensible. A final de cuentas, nació y se crió en el Jurassic Park del PRI. Lo que resulta espeluznante es que este personaje haya impuesto ese galimatías como el programa del PRD sin que nadie, con la excepción de Cuauhtémoc Cárdenas, chistara.

Triste realidad, pero no hay otra. En el interior del PRD el diálogo y el debate son inexistentes. Hay corrientes (tribus) que pugnan por puestos y presupuesto. Nada más. El contenido del programa y la oferta a la población los tienen sin cuidado. Una política concentrada en la denuncia no demanda más. Como tampoco demanda más un partido sometido a un caudillo cuyo programa es el mismo caudillo. A eso se reducen las "prácticas democráticas" en el perredismo. Se trata de un pragmatismo de la peor ralea y de un oportunismo ramplón. Los entornos de López Obrador lo confirman ampliamente. Son los priistas (Camacho, Monreal, Díaz, Muñoz Ledo) marginados y derrotados en los últimos años. Todos respiran por la herida y tienen sed de venganza, no importa el costo ni las consecuencias.

Cómo esperar, entonces, el ejercicio de la autocrítica o el examen de conciencia en semejante organización. No, no hay forma. Lo que se puede esperar es lo que hay: complacencia, servilismo y ambivalencia. Los mantras del perredismo suenan y resuenan a todas horas: AMLO no perdió ni cometió errores, le robaron la elección. AMLO siempre tiene la razón. Hay que mantenerse en la nómina y estirar la liga para obtener todo lo posible. No hay que tocarse el corazón para romper el diálogo o cualquier entendimiento. En política no hay compromisos ni lealtades. Vamos por todo. El fin justifica los medios. AMMLO, AMMLO, AMMLO, AMMLO...

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1 comentario:

Anónimo dijo...

¿QUIEN ES REALMENTE «LA DIVA» EL HOMOSEXUAL DE CUAUHTÉMOC CÁRDENAS SOLORZANO?

El Cuauhtémoc del Mañana

El Cuauhtémoc del mañana no puede ser sino el Cuauhtémoc de ayer. En eso por lo menos parece ser congruente y será, desde luego, absolutamente congruente y será candi­dato del PRD a ocupar nada menos que la presidencia de México, “El Cuauhtémoc de ayer” es el represen­tante del nepotismo que practicó en cuanto puesto público llegó a través de elección po­pular o sin ella.

“EL Cuauhtémoc de ayer” no tuvo empacho en ocupar simultáneamente dos puestos públicos, dos nombramientos incompatibles entre sí “El Cuauhtémoc de ayer” incurrió en graves deficiencias administrativas y contables durante sus diferentes cargos oficiales. “El Cuauhtémoc de ayer” abandona en La Insolvencia a varias dependencias que le había sido encomendadas. “El Cuauhtémoc de ayer” otorgó canonjías a parientes, tíos, primos y amigos como sí el patrimonio del Estado fuera de su propiedad. “El Cuauhtémoc de ayer” atrasó marcadamente el desarrollo educativo de Michoacán cuando prohibió la Instalación de unidades profesionales de la Universidad La Salle y el Instituto Tecnológico I de Monterrey. “El Cuauhtémoc de ayer” emitió decretos de congelación de rentas que se tradujeron en una elevación sustancial de los precios de arrendamiento de vivienda, frenó la construcción de casas habitación y estimuló la aparición de invasiones y asentamientos humanos irregulares en los principales centros urbanos de Michoacán. “El Cuauhtémoc de ayer” decretó una ley que desapareció el Consejo Universitario, provocó una prolongada huelga estudiantil y laboral, así como la designación de rectores paralelos, es decir, le dio cabida indiscutiblemente al caos académico al final de su mandato “El Cuauhtémoc de ayer” congeló las tarifas de transporte urbano de pasajeros que, al privar debido mantenimiento a los autobuses en razón de la descapitalización natural, hizo de la ciudad de Morelia una urbe con las mismas dificultades de transportación que una del África septentrional. “El Cuauhtémoc de ayer” dio de baja a catorce de dieciséis magistrados designando a los nuevos funcionarios Judiciales con arreglo al nepotismo y a la cercanía política. “El Cuauhtémoc de ayer” aumentó sustancialmente el gasto corriente mediante la expansión del aparato burocrático, I la creación de un mayor numero de puestos de nivel superior y el incremento del sueldo y prestaciones de los funcionarios. “El Cuauhtémoc de ayer” recaudo Todo fondos para adquirir instalaciones de la petroquímica secundaria depositando los recursos aportados de buena fe por el público en cuentas partícula rea, cuyo destino se desconoce. ¿Qué tal “El Cuauhtémoc de ayer“? ¿Por qué ha de ser distinto del de mañana? Si “El Cuauhtémoc de ayer” disfrutó practicó el nepotismo, no tuvo empacho en ocupar dos puestos públicos incompatibles simultáneamente incurrió en malos manejos administrativos y contables, abandonó quebrados organismos paraestatales, atraso educativamente a Michoacán desquicio la estructura de precios de arrendamiento de vivienda, provoco invasiones y asentamientos humanos Irregulares, ocasiono huelgas estudiantiles y caos académico. Inutilizo el sistema de transportas de Morelia, designo arbitrariamente funcionarios

Judiciales para asegurar su incondicionalidad desequilibro las finanzas publicas del estado al expandir el aparato burocrático incrementando desproporcionada mente los sueldos y recaudo fondos de particulares, cuyo destino bien valdría la pena conocer, no es difícil en este caso suponer cuál será la suerte de la ciudad

De México si un candidato con semejantes debilidades morales, administrativas e incapacidad política. Llega a ser nada Menos que Jefe del Departamento del Distrito Federal nadie que vaya a emitir su voto a favor de Cuauhtémoc Cárdenas puede ni debe ignorar sus antecedentes públicos para estar en condiciones de elegir responsable a la persona que habrá de conducir el destino de esta gran urbe, la cabeza del país, que de venirse abajo por Incapacidad, ausencia de previsión, intolerancia, apatía, negligencia o terquedad o todos sus elementos juntos? Podría ocasionar un severo daño al resto de la nación que contempla atónica la suene política dé la capital de la República.

EL CUAUHTEMOC MAYOR DE EDAD

La biografía política de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano tiene tres etapas claramente definidas a partir de su mayoría de edad. En la primera etapa de 1959 a 1969, ocupó cargos públicos en organismos federales. En la segunda a solicitud de su mama fue favorecido por el presidente López Portillo quien en un lapso de menos de tres años lo propuso como candidato a senador lo nombró subsecretario Fores­tal y de la Fauna e Inclinó el fiel de la ba­lanza a su favor para que fuera gobernador de Michoacán. La tercera etapa de 1987 a 1997 es la lucha desesperada y vió­lenla para que se le sean reconocidos sus derechos de heredero de la Presidencia de México. Como detalles personales de su personalidad valdría la pena no perder de vista que el Cuauhtémoc de hoy se hizo re­tratar con Marcos en la selva chiapaneca. Más aún. Durante la visita del Papa Juan Pablo II a México. Cárdenas pidió que aquél fuera expulsado del territorio nacio­nal por considerarlo un extranjero inde­seable. ¿Qué tal? ¿Ya se le olvidó lo ante­rior a este hermoso pueblo sin memoria?.

CUAUHTEMOC Y EL NEPOTISMO

Cuauhtémoc, como beneficiario directo del nepotismo, fue secretario del Comité Técnico del Rió Balsas de 1959 al 62. Más tarde, fue director de Estudios de la mis­ma comisión. Simultáneamente fue nom­brado en 1964 residente de la construcción de la presa “La Villita”. Obra que fuera a cargo de la CFE. Este doble nombramiento de director y residente, es decir, el ejer­cicio de dos empleos al mismo tiempo le reportaron evidentes ventajas lucrativas al joven Cárdenas. También se desempeño como subdirector de la Siderurgica Las Truchas,

CUAUHTEMOC ADMINISTRADOR

Cuando Cuauhtémoc Cárdenas fue director del Fideicomiso Lázaro Cárdenas se registraron graves deficiencias administrativas y contables, al extremo de que no fue posible conocer el monto y distribución de las inversiones que se realizaron, en virtud de no existir la do­cumentación suficiente para apoyar las operaciones realizadas, según consta en diversas auditorias practicadas por di­versos despachos de profesionales. El in­geniero Cárdenas debería explicar ante la opinión pública si es que es cierto que se cobraron obras de almacenamiento de agua sin haberse éstas aparentemen­te ejecutadas. El fideicomiso quedó insta­lado en el caos a su salida ya que tam­poco se ha podido precisar el número, tipo y localización de las obras, pues los contratos no establecen lugar donde se efectuarían ni se proporcionó informa­ción sobre la terminación de las mismas. ¿Qué pasó con el dinero y las obras? El electorado se merece una explicación.

Como un detalle adicional de su ges­tión como administrador, el fideicomiso a su cargo no pudo cumplir sus adeudos ni con Nafinsa ni con Banobras. El es­tado de insolvencia fue total. ¿Qué tal su papel como administrador?

CUAUHTEMOC Y EL NEPOTISMO

Siendo director del fideicomiso antes citado otorgó un contrato de maquila al señor Francisco Batel, suegro de Cuauhtémoc Cárdenas, por un total de casi dos millones ochocientos mil pesos, de los cuales el propio señor Batel presentó recibos sin requisitos fiscales, es decir, documentación hecha sobre la rodilla, inútil para efectos tributarios y particularmente útil para efectos defraúdantes. Además de lo anterior renovó una concesión a su abuela Albertina Bravo viuda de Solórzano para disfrutar 6,000 metros cúbicos de madera de oyamel. Extendió permisos de aprovechamiento forestal a tíos y primos como el caso de la com­pañía maderera La Guadiana por un pla­zo de 20 años cuando la ley solamente autorizaba diez… Otorgó facilidades ad­ministrativas a Clotilde Solórzano Bravo, a Lázaro y Cuauhtémoc Cárdenas Bravo y a Virginia, Victoria y Susana Solórzano Bravo para explotar los predios “El Ci­prés” y “Huirimangatío”, así como be­neficio a su propia madre y a Alejandro Solórzano mediante la entrega del predio Los Ajolotes en el Municipio de Hidalgo. ¿Cómo olvidar además la venta de dos hectáreas de terreno en el lugar denominado playa Eréndira, en el Municipio de Lázaro Cárdenas, Michoacán, nada menos que a su mamá doña Amalia Solórzano viuda de Cárdenas? ¿Más? ¿Toda vía más? Cárdenas no sólo vendió a su mamá importantes cantidades de terreno a través de maniobras poco claras sino también a su suegro el señor Fran­cisco Martins Batel, quien es poseedor de casi siete mil metros en la misma playa, al igual que Celeste Batel de Cárde­nas, su esposa, posee un predio de doce hectáreas denominado Las Lagunas en el municipio de Lázaro Cárdenas. Por si fuera poco lo anterior cuando Cárdenas fue gobernador nombró a Jor­ge Solórzano, su primo, como director de la Casa de la Artesanías; a Sergio Bátiz Solórzano, también su primo, como se­cretario de Programación y Presupuesto de la entidad y amigos incondicionales como Jesús Oregel, como jefe de com­pras del Gobierno del Estado.

CUAUHTEMOC GOBERNADOR

Promulgó una ley estatal de educación para frenar el crecimiento de plante­les escolares propiedad de particulares vinculados a la Iglesia católica, como si hubiera una sobreoferta de aulas y pupi­tres en Michoacán y en el resto del país. ¿Qué tal cuando prohibió que la Univer­sidad La Salle y el Tec de Monterrey se asentaran en Michoacán como si no se supiera que donde hay universidades y tecnológicos de esa naturaleza se dan abiertamente las posibilidades de desa­rrollo económico. ¿Respuesta? Se opuso a La Salle y al Tec. La ley inquilinaria provocó invasiones y asentamientos humanos en los principales centros urbanos del estado. El Cuauhtémoc gobernador desquició a la universi­dad, a los transportes, a la administración de justicia y a las finanzas públicas, ade­más de patrocinar grupos de choque que produjeron un imponente malestar.

CUAUHTEMOC MECENAS

Valdría la pena preguntarle a nuestro famoso poeta Hornero Aridjis cuál es su opinión después de que fue cesado violen­tamente por el gobernador Cárdenas después de que éste se negó a realizar el festi­val internacional de la poesía en Morelia y | le pidió a Aridjis que, a pesar de que los colegas de este último ya estaban en Mé­xico, volvieran sin más a sus países de ori­gen. Aridjis cesado, pudo, sin embargo, salvar el prestigio nacional de México apoyado por poetas mexicanos e instituciones que coadyuvaron a la realización del evento. El arte y la cultura del Distrito Federal en manos de Cuauhtémoc Cárde­nas no sería por lo visto muy aconsejable o mejor dicho, nada aconsejable o totalmente desaconsejable.

CUAUHTEMOC INCENDIARIO

Los asentamientos irregulares que aparecieron en las ciudades michoacanas de Morelia, Uruapan, Zamora y Lázaro Cárdenas como consecuencia de la ley inquilinaria hizo que surgieran organizaciones radicales como “Tierra y Libertad” o la “Unión Popular Solidaria” que acabaron por desquiciar las finanzas municipales. Como si no fuera suficiente lo anterior proliferaron las casas del estudiante originadas por la invasión de inmuebles de particulares tanto en Morelia como en Uruapan, invasiones que fueron promovidas por la administración cardenista que impulsó a organizaciones estudiantiles como la Federación Nacional, de Organizaciones Bolcheviques a reivindicar a los estudiantes universitarios rechazados. ¿Ya no es incendiario? ¿Y Marcos?

CUAUHTEMOC CONTRATISTA

Como fundador y director de la empresa INDE, S.A. y Constructora INDE

Conductores, Cuauhtémoc Cárdenas fue contratista de PEMEX en aproximadamente quince importantes contratos en los que destacan la construcción de un gasoducto entre Tabasco y Veracruz; la construcción de una planta de amoniaco en Salamanca, Guanajuato; la instalación de un poliducto de doscientos sesenta y nueve kilómetros entre Zacatecas y Coahuila, otro de trescientos cuarenta kilómetros entre Monterrey y Durango, entre otras plantas hidrodesulfaradoras de diesil y turbosina en Salamanca y Minatitlan, respectivamente. Lo anterior viene al caso porque su padre el general Cárdenas afirmó el 29 de enero de 1967 que “el tiempo aclarará que Cuauhtémoc no es contratista. Ni él ni yo vamos a manchar la ejecutoria de 1934-1940″. Todo permite suponer que don Lázaro desconocía las evidencias documentales que acreditan a Cuauhtémoc como contratista. ¿Qué hubiera dicho de él?

DESTRUCCION DE LAS MINAS DE INGUARAN

La demolición de las minas de Inguarán municipio de la Huacana donde laboraban más de mil trabajadores, siendo Cuauhtémoc Gobernador de Michoacán les negó per­misos para continuar trabajando porque eran extranjeros dio manos librea a los obreros quienes se quedaron sin trabajo, dedicándo­se a destruir toda la unidad habitacional para extraer la varilla y venderla lo mismo hicieron con basculas, albercas y tuberías subterráneas de una a diez pulgadas de diá­metro emporio de trabajo lo convirtió Cuauhtémoc en ruinas como a la fecha se puede apreciar. Consideran que se requieren alre­dedor de Mil Millones de pesos actuales pa­ra volver a recuperar esa empresa.

Si Cuauhtémoc es amante del nepotismo, ocupó simultáneamente dos puestos, incurrió en malos manejos administrativos, quebró organismos paraestatales, y atrasó procesos educativos, desquició el arrendamiento de viviendas, provocó invasiones y asentamientos irregulares, ocasionó huelgas estudiantiles y caos académico, inutilizó el sistema de trans­portes de su estado, patrocinó grupos in­cendiarios, pasó por encima del poder judicial, desequilibró las finanzas públicas, y mostró hasta la saciedad su incapacidad, su falta de habilidad como gobernante de Michoacán, ¿qué esperan del Cuauhtémoc del mañana quienes piensan votar por él a pesar de sus antecedentes demostrables como funcionario Público?

Quien vote por Cuauhtémoc Cárdenas no debe sorprenderse ni por el nepotismo, ni por los malos manejos, ni por la influencia de su madre en los asuntos públicos, ni por la quiebra de paraestatales propiedad del Departamento del Distrito Federal, ni que la ciudad de México se vaya otros cuarenta años para atrás si se vuelve a legislar en materia de rentas congeladas, ni del caos urbano por una parálisis del sistema de transportes de la capital de la República, ni del desequili­brio de las finanzas públicas del Depar­tamento, ni de la demagogia ni de la des­trucción cultural de nuestra ciudad.

Todos tenemos datos para comprobar la gestión de Cárdenas. Todos pueden comprobar sus antecedentes y si a pesar de eso lo favorecen con su voto nadie po­drá tener derecho a reclamar nada, ab­solutamente nada. Lo que nos espera es claro y transparente. Sólo esperaremos que la residencia oficial de Los Pinos no aparezca un día heredada a un Cárdenas ya que Cuauhtémoc siempre alegó que por el hecho de haber nacido en ese lu­gar, por derecho natural y político le co­rresponde volver por gravedad a dicha residencia.

¿Quién cree a los Cárdenas? ¿Necesi­taremos más pruebas para saber quién son los rateros y traidores de los Cárdenas del mañana?