lunes, enero 08, 2007

El Pejeazteca

Después de ver la primera emisión del programa de AMLO, tenemos que reproducir el editorial de Ciro Gómez Leyva en Milenio. Tál como lo advierte Gómez Leyva "López Obrador quiere deslindar a Ricardo Salinas Pliego y al senador priista Jorge Mendoza, jerarcas de TV Azteca, del pleito entre el pueblo bueno y el monopolio perverso de la televisión mexicana. Como pistolero en un chilaquili western, quiere batirse en duelo contra Televisa." Y lo mejor de todo, casi todas las interrogantes trataron de ser atendidas en el programa del Peje.

El Pejeazteca

Bien haría Andrés Manuel López Obrador en explicar cuánto le pagará a TV Azteca para que transmita el nuevo programa que dentro de unas horas pondrá al aire en el Canal 13. En la campaña presidencial, TV Azteca le cobró 42 veces por debajo de la tarifa que reportó ante el IFE. ¿Le dará ahora un segundo regalo?

Sería interesante que dijera también quién y con qué argumentos le negó la posibilidad de difundir este programa en Televisa, como se quejó el fin de semana desde su gira por la península de Yucatán. Debe haber un responsable. ¿Alejandro Quintero, Bernardo Gómez, quién? A menos que el tabasqueño persista en la estrategia de mentir sin pudor confiado en que los suyos jamás le pedirán aclarar las cosas.

Pero, sobre todo, López Obrador tendría que justificar por qué después de su penosa experiencia de 2006 en TV Azteca con La otra campaña, programa irrelevante, con un rating de pena, regresa a la pantalla del Ajusco en un horario (la una de la mañana de los martes) donde superar el punto de rating será una proeza.

Suena a un gran absurdo: para romper el “cerco informativo”, su disminuido movimiento político gastará dinero, así sea poco, para producir 30 minutos que nadie va a ver.

Pero no, tiene que haber un objetivo. Aventuro una conjetura: López Obrador quiere deslindar a Ricardo Salinas Pliego y al senador priista Jorge Mendoza, jerarcas de TV Azteca, del pleito entre el pueblo bueno y el monopolio perverso de la televisión mexicana. Como pistolero en un chilaquili western, quiere batirse en duelo contra Televisa.

Está en su derecho, desde luego, de elegir aliados. Y, claro, de convertirse en el Pejeazteca.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El populismo mexicano ya es un género humorístico. Así como hay chistes de borrachos, de sexo o de nacionalidades, un comediante hábil podría hacer una rutina completa comentando los dichos y hechos del peje y sus amigos. Ya son parte del folclor nacional, como los albures. Viniendo de esta gente, palabras como ‘complot’, ‘democracia’ o ‘legítimo’ adquieren nuevos e insospechados significados. El populismo pejista es el albur en el terreno de la política.

Anónimo dijo...

si que está tomando en serio su papel de "tlatoani" el pejeazteca... de abuelo santanderino pero a fin de cuentas parace ser "gallego".