¡Viva la Transparencia!
Los motivos del gobierno federal para condicionar el refinanciamiento de la deuda del DF pueden ser políticos pero no podríamos estar más de acuerdo con las tres condiciones:
1. El gobierno de Marcelo Ebrard de debe comprometerse a transparentar plenamente el ejercicio de los recursos de la capital, “particularmente los que resulten de este rescate”. Ouch.
2. El gobierno de Marcelo Ebrard debe asumir un compromiso público de destinar los ahorros resultantes de la eventual reestructuración para invertir en necesidades de infraestructura de la capital, particularmente en obras de saneamiento de aguas y drenaje profundo “que enfrentan un rezago importante”. Osea ni un centavo al gobierno legítimo. Ouch.
3. Que mientras la ley disponga que el Gobierno Federal sea el aval de la deuda del Distrito Federal, la contratación de la deuda para esta reestructuración y otras futuras, se haga a través de un esquema basado en un fideicomiso maestro, en donde se participe un porcentaje de las participaciones federales que les corresponden.
Algo le tiene que agradecer Marcelo al Peje:
Hacienda expuso que la deuda pública del Distrito Federal muestra riesgos: Un incremento real acumulado de 98.5%; es la entidad con mayor deuda en el país; la deuda como proporción de sus ingresos pasó de 31.5% en 1997 a 98.5% en el 2006 y el servicio de la deuda ha incrementado la presión de las finanzas locales.
¿Qué raro no? Que la ciudad de la esperanza presente un aumento real de la deuda en casi un 100%.
Pero recuerden que Elenita Poniatowska dice que los segundos pisos y la ayuda a los viejitos no se pagaron con deuda. Se pagaron con buen gobierno y ahorro. Bien por ese faro de intelectualidad y coherencia.