2 de julio no se olvida

Se acabaron las vacaciones del populismo puro y duro. Estamos de vuelta en México para seguir disfrutando de las aventuras del chiflado más grande que jamás haya evacuado la política mexicana: Andrés Manuel López Obrador.

Nuestro tragicohéroe celebra el primer año de su colapso mental haciendo lo que más le gusta en la vida, vomitar idioteces a sus fanáticos y acarreados en el zócalo. Aprovechó también para presentar su obra maestra, su libro La Mafia nos Robó la Presidencia. En él describe de manera general como fue que a un genio como él, le robaron la presidencia de la misma manera como se le quita un dulce a un niño terco y berrinchudo. Ahora se sabe que el libro omitió de último momento las pruebas irrefutables del fraude por temor a exponerse a ser desmentido con sus propios argumentos.

Ya Marco Rascón, el perredista favorito de los pejefans se ha encargado del libro en su opinión en la Jornada atinadamente llamada Cero Realidad.

Pero de vuelta en el evento del domingo pasado: ¿Quién no podían fallar en el aniversario luctuoso de la cordura del peje?... Pues ni más ni menos que ¡Stalin!

Así es, el cuarto personaje que podemos ver en esta foto del sitio de AMLO del evento del 1ero de Julio es ni más ni menos que Josef Vissarionovich Dzhugashvili a.k.a. Stalin. El asesino de ayer es invocado como un fantasma en la plaza lopezobradoriana.


Después de repetir lo mismo de siempre, el demente indomable gira una orden total y absoluta en su carácter de dueño del PRD y de la izquierda mexicana para que no pase la reforma hacendaria. Por más increíble que parezca, la reforma que obligaría a los grandes consorcios a pagar más impuestos es rechazada por el Peje. No se podía esperar menos de quien dijera: "¡No me importa que se hunda Pemex... si se tiene que hundir, que se hunda... si tenemos que incendiar pozos, los incendiamos..! pero no vamos a hacer nada que fortalezca al espurio". Como ayer, AMLO encuentra en el espurio a su nemésis que valida su existencia. De la misma manera que lo hizo con Fox, AMLO necesita un villano que le ayude a parecer un héroe bueno. El problema del peje es que no parece que el presidente vaya a cometer el error de su antesesor de morder el anzuelo.

Para colmo y en señal de su decadencia, los legisladores del PRD lo ignoran y declaran que nadie les dicta línea.

Para terminar de reír tenemos la noticia que el Peje no tarda en retomar con respecto al decomiso de los 205 millones de dólares en las Lomas. Zhenli Ye Gon señala que el dinero halllado en su casa es del PAN y los pejefans compran la historia como si hubiera salido de los labios de su mesías tropical. Lo único que no explican es porqué el mismo gobierno hizo el decomiso y lo presentó en televisión. Es algo así como esperar que AMLO en el GDF hubiera decomisado el dinero de Bejarano y lo haya expuesto para ser acusado por el propio Bejarano de que el dinero era del PRD y para la campaña del Peje. No hace sentido, pero absolutamente nada hace sentido en la mitología pejiana.