sábado, octubre 14, 2006

AMLO listo para recibir su "tomen para que aprendan".

Este domingo se llevará a cabo la elección a gobernador en Tabasco. Solo un milagro puede evitar que el PRD pierda la elección que AMLO se decidió echar al hombro.

Si bien el Distrito Federal es para AMLO la fuente principal de su poder caciquil, Tabasco -la fuente de su escencia y poder tropical- representa su sanctasanctórum. Aquí, donde AMLO ganó casi 20 a 1 al candidato del PAN en la elección presidencial, el PRD se encuentra casi diez puntos abajo en las principales encuestas para la elección de gobernador.

El hombre fuego decidió llevar su piromanía a Tabasco y lejos de ayudar a la causa de César Raúl Ojeda ha aumentado la polarización, ha enervado los ánimos y ha terminado de complicar una elección que corre el riesgo de despertar episodios de violencia.

Al echarse al hombro esta elección, AMLO ha puesto sobre la mesa algo más que la gubernatura; va a someter su actuación postelectoral al juicio de "el pueblo". Su problema es que Tabasco no es el Distrito Federal. En Tabasco el PRI tiene un arraigo importante y el candidato a la gubernatura no solo no tiene el estigma de Roberto Madrazo sino que goza de popularidad y gran aceptación.

Tabasco no será el fin del Peje. Pero si será el inicio de un cambio que se verá obligado a adoptar si quiere seguir siendo relevante en la vida pública de México. Corre el riesgo de quedar aislado ante el movimiento de las tribus importantes del PRD, en especial los Chuchos, que le harán más difícil operar libremente y seguir arriesgando y perdiendo el capital político de su partido en pro de sus ambiciones personales.

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